1/10/09

La dignidad del pueblo valenciano




Camps y Rajoy almuerzan en Alarcón, el mismo día en que se celebraba la segunda jornada del Debate de Política General en Les Corts, a la que Camps no acudió, como ya es habitual, mostrando así su desprecio a la democracia del Parlamento. Para eso tiene mayoría absoluta.





-"En la comparecencia en el pleno de les Corts, el Molt Honorable President, Francisco Camps, y ante la solicitud del Portavoz socialista, Ángel Luna, que le ha instado a presentar la dimisión y a adelantar las elecciones autonómicas por la podredumbre, cada día más extendida, que presuntamente vincula a la cúpula del PP con la trama Gürtel, la respuesta de Camps no sólo ha sido su reafirmación en su honorabilidad, sino que ha aseverado, sin pudor alguno, que en el caso de que se realizasen nuevas elecciones en este momento el PP obtendría una mayoría absoluta superior a la que tienen ahora...".
por María Dolores Amorós. El Plural.

La incertidumbre que muestra la autora a lo largo de su artículo sobre la dignidad del pueblo valenciano, de una parte del pueblo valenciano, no es baladí, como ya se demostró en las pasadas elecciones europeas en las que, tras el escándalo de las comisiones y los "regalos", los valencianos premiaron a los "presuntos" con un aumento sustancial de votos. Con este argumento, tanto Camps como Fabra y otros imputados, están convencidos de que no hacen falta tribunales de justicia ni investigaciones policiales, mientras obtengan mayorías absolutas en las elecciones entienden que el pueblo les respalda en sus fechorías. Pueden seguir metiendo la mano en contratos, en comisiones y en todo tipo de negocios como recalificaciones urbanísticas, usar y abusar de la información privilegiada, y tantos otros "negocios" bien ocultos, de los que poco o nada sabemos. No hay que olvidar que se está hablando de lo poco que no han logrado ocultar, se les suponen otras actividades muy rentables, bien organizadas en paraísos fiscales y de las que no han dejado rastro. Llevan demasiados años en el poder absoluto y absolutista, y los votos les hacen sentir por encima del bien y del mal. Y alguna responsabilidad moral tendrán en esta kafkiana situación los votantes, los votantes que jalean los escándalos y aplauden los disparates votándoles. Una cosa es elegir una opción política y otra es respaldar el gansterismo.



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