29/6/10

Ni un funcionario más

La huelga es una derecho inalienable de los trabajadores, su última baza frente a la obcecación de la patronal. Dicho esto: abogo por la eliminación de los contratos para toda la vida, que se contrate a todos los trabajadores por igual, que no haya funcionarios inamovibles, de por vida- hagan lo que hagan- mientras los demás trabajadores  viven con el despido colgando sobre sus cabezas- cual espada de Damocles- permanentemente. Y con la imposibilidad de aspirar a un empleo a partir de los cuarenta y pocos, si pierden el suyo.


Nada de oposiciones que terminan quemando el cerebro a muchos, y a otros convirtiéndoles en resentidos y amargados por los años de esfuerzo y fracaso que, en cuanto obtienen la plaza, se convierten en maltratadores del resto de ciududanos que pasan por sus ventanillas de toda la vida. 


Empleo público sí, pero con contratos indefinidos como el de los demás trabajadores. He dicho.

5/6/10

La Universidad hace Agua?

Parece que el tiempo no hubiese pasado y la experiencia no hubiese servido para nada, seguimos con las preguntas de siempre: ¿son galgos o son podencos?.
La autonomía de las universidades busca, o debe propiciar, la capacidad y la responsabilidad para obtener financiación, evitar el absoluto adocenamiento que facilita papá Estado al correr con todos los gastos, sin posibilidad- o sin capacidad- de control de ese gasto.
La dirección de una Universidad debe ser algo más que un cargo honorífico que se obtiene por votaciones amañadas, arregladas, pactadas o directamente compradas. Requiere de una profesionalidad, no sólo académica, o incluso sin ella, capaz de dirigirla como a una empresa compleja que, en vez de fabricar tornillos, "fabrica" Diplomados o Doctores. Y, como toda empresa eficaz, debe comenzar por tener una información real sobre qué necesitan sus clientes. ¿Quienes son los clientes?: Las empresas.
La universidad debe mantener contacto y convenios permanentes con las empresas, debe saber qué tipo de carreras, de técnicos, necesitan y cuales son innecesarios, cuales están destinados al paro. En cada época hay carreras con más opciones que otras, incluso hay que inventar algunas que no existen y, quizás, dejar de promocionar otras inútiles, sin demanda social.
La super especialización ha ido dejando de lado la formación a la que llamábamos hace unos lustros "humanidades", y eso se nota en una menor formación global y una pérdida de los valores éticos que deben ser consustanciales a cualquier ser humano. Si esas carencias éticas y conductuales se arrastran desde la primaria y desde la familia... la solución es inviable y el riesgo cierto es que, esas generaciones, serán incapaces de  trasladar unos valores que no aplican a su vida- porque los desconocen-, a sus propios hijos, y el efecto se prolongar´s indefinidamente hasta que se invierta el proceso, si somos capaces, que parece que no, de invertirlo.
La Universidad debe ser eficiente proporcionando a la sociedad lo que esta necesita, y debe ser capaz de obtener su propia financiación, al menos una parte sustancial, debe aportar soluciones a las necesidades de las empresas y éstas contribuir mediante convenios a sufragar parte de los costos. Los futuros licenciados deben pasar un parte de su fase de estudios en empresas, tabajando de verdad, conociendo el destino y la utilidad de los conocimientos que está adquiriendo. Habituándose a la relación con la empresa, aplicando la teoría a la realidad. Las empresas tienen que admitir que las inversiones en personal cualificado y bien formado es más eficaz que la sóla inversión en tecnología, en maquinaria, en sistemas... La Universidad no es un Ente ajeno a la Sociedad, forma parte de ésta y debe estar implicada, formando ese trío indisoluble, junto con el mundo empresarial.
La Universidad no puede ser un lugar al que va el que quiere, con el dinero de papá, o el de papá Estado. Deben ir los mejores, los más capacitados, pagando lo que vale su formación quienes puedan, y con ayudas quienes no puedan. Los demás tienen la formación profesional, con posibilidads inmensas, superiores a las universitarias. Cualquier buen profesional puede contar con un estatus y posición económica (ya que es lo que parece busca todo el mundo) igual o muy superior a la de cualquier universitario doctorado varias veces.
La Universidad, como todos en época de crisis, ha de aligerarse de gastos suntuarios o innecesarios, o sucumbirá a la miseria de los presupuestos, ha de demostrar que allí, en su seno, hay "Inteligenzia" y buscar y encontrar soluciones, que no se lo den hecho.
Manos a la obra/