9/11/16

El emperador inesperado

En todas partes cuecen habas y millones de electores usan su voto como si fuesen balas y, aunque labatalla sea en América, nos alcanzará parte del fuego amigo, aunque no nos permitan votar allí. Se le dio mayor importancia a las posibles consecuencias de una victoria de Bush Jr. en su día, que a las que sufriremos por poner en el trono de emperador y gendarme mundial al oso tramp. Nadie quería su triunfo pero nadie creía que fuese a destrozar al formidable aparato electoral de los demócratas, y por tanto también el de los Clinton.

Y lo ha hecho, ha barrido, aparentemente sin apoyos, sin ayudas de su propio partido. Aunque han sido más que notables las aportadas por sus millones, muchos medios de comunicación, la banda del rifle, el ku klux clan y... el efebei, que, hasta en dos ocasiones durante la campaña, ha intervenido para acusar a la candidata demócrata de haber utilizado el correo para enviar mensajes ¡Horror! Cómo se le ocurriría semejante dislate, usar el e-mail para enviar y recibir mensajes. Los analistas posiblemente no lo comenten pero... esas dos irrupciones contra la señora Clinton, en especial en el final de campaña, por parte de los servicios secretos pueden haber decantado la victoria hacia el candidato que no tenía que ganar. ¿O sí?